CINCELAR LA NATURALEZA

(Nota suplemento Countries – Diario Clarín - 2000).


"Cuando empecé a tomar clases de orfebrería mi profesor siempre me decía que las mejores formas están en la naturaleza. Por eso en mis diseños hay tantas flores y hojas", afirma el orfebre Marcelo Toledo, un joven de 28 años cuyas piezas llegaron a manos del presidente norteamericano Bill Clinton, del príncipe Carlos de Inglaterra y del Emperador japonés Togusama Akihito, entre otros. Unos 70 objetos de su creación y algunas réplicas de regalos famosos se pueden observar gratuitamente en la muestra que se realiza hasta fines de septiembre en el hotel Hilton Buenos Aires.
Su trabajo siempre comienza de la misma manera: una chapa de plata pura delante de sus ojos. A partir de ese momento juega la imaginación y la necesidad de ver plasmada en el metal la idea que antes fue un boceto. Después de muchos días de trabajo constante y prolijo, el objeto queda terminado. Puede ser un mate, una fuente o un centro de mesa, que siempre tendrán la reminiscencia de la infancia transcurrida en Escobar, adonde vuelve todos los fines de semana. "Me crié entre la naturaleza y la Fiesta de la Flor, que es un clásico de Escobar. Todos los años me internaba en los stands a dibujar", relata Toledo. Esa influencia se nota en cada una de sus obras, desde el florero con 45 flores cinceladas y repujadas y 45 ónix negros engarzados en el centro de cada una de ellas, hasta el mate en honor al vino, con un contorno que hace pensar en un racimo de uvas y una base con forma de hoja de vid. "Lo que me diferencia de otros artesanos, además de que mis diseños son contemporáneos y con una estética diferente, es el hecho de que me atrevo a innovar", afirma el artesano.
Si bien sus creaciones son modernas aún cuando se trate de una pieza tradicional como un mate, la mayoría de los objetos tiene su esencia en la historia, que agrega un plus de misterio para los más curiosos. Como es el caso del mate con platito que, según cuentan los memoriosos, se usaba en las casas coloniales cuando llegaban las visitas: cada convidado recibía, junto con el mate que le cebaba la sirvientanegra, un biscochito apoyado en el plato. Y cuando el novio iba a pedir la mano de la niña, el mate que le tocaba a ella pasaba primero por delante de él, para que colocase en el plato una flor para su prometida. O el sahumador, que parece un mate grande con tapa agujereada; ahí se ponían brasitas encendidas que se rociaban con esencia de incienso o lavanda. Aparte de perfumar la casa, las señoras lo colocaban adentro de un canasto de mimbre, lo tapaban y media hora antes de salir apoyaban el vestido de lino arriba para que se impregnara de ese perfume.
Toledo insiste con que sus piezas, además del valor estético y legendario, son funcionales. "Mi idea es que la platería sea para usar, por eso hago fruteras o pequeñas dulceras individuales que pueden servir para poner mermelada, manteca o miel y que quedan muy bien en la mesa del desayuno", explica. En esta línea se ubica el paliteiro, un lujoso centro de mesa con forma de ramo de hojas y capullos que cumplen la función de saleros, pimenteros y porta palillos individuales que cada invitado puede agarrar y disponer durante la comida.
Para el orfebre, los habitantes de los countries son uno de sus mejores clientes. "Es un público muy exigente porque está comprando piezas ornamentales para decorar casas de por sí muy lindas. Lo bueno es que en un barrio cerrado pueden exhibirlas fuera de una vitrina porque allí están protegidas".
Toledo también hace las réplicas de aquellos objetos que, gracias a una nota periodística aparecida cuando él tenía apenas 22 años, llegaron a manos de los más altos mandatarios mundiales, embajadores y empresarios de primera línea internacional. "El mismo día que salió el artículo me llamaron del Ministerio de Economía y me encargaron algunas piezas, porque al entonces ministro Domingo Cavallo le habían encantado. A partir de ahí, no paré", relata. En la muestra se puede ver el mate y el alfiler para poncho que él personalmente entregó al Príncipe Carlos el año pasado, y el bastón de mando que hace pocos días la Fundación C.O.R.D.I.C., de ayuda al discapacitado cardíaco, le entregó al presidente Fernando de la Rua. El mango está hecho de plata pura con incrustaciones en oro amarillo y oro rojo, y representa el contorno de la República Argentina sobre la que se despliega una rama con hojas y un corazón. "La idea era hacer un bastón de la solidaridad. Cuando el presidente deje el poder, ese bastón va a ir a su casa", dice con orgullo el joven orfebre.

Mónica Marenda

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