Para el Hombre Alto
PARA EL HOMBRE ALTO
Te llevarás un susurro de mi aliento
Con vos van a partir mis dudas y deseos
Sin querer se irá la locura improvisada
En una noche del otoño
Quedaré vaciada de sentido
Hechizada por recuerdos
Y las lágrimas no sabrán adónde ir
Porque tu olor borrará cualquier indicio
Yo haré de tu mirada
Mi cautiva en todo el cuerpo
Tu boca estará condenada a resistir
Bajo los dos cerrojos de mis senos
Serán mías tus caricias
Prisioneras para siempre en la vanidad
de una piel memoriosa, todavía estremecida
Y absorto en el laberinto de mis venas
Se perderá cada gramo de saliva
vertido a media voz
Mientras tanto,
Mi sonrisa permanecerá
impregnada por besos
que en ráfagas
volverán al fuego de mi sueño.
Mónica
Buenos Aires, marzo/junio 2002.
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