Mi padre murió cuando yo tenía 13 años. A partir de ese momento fui construyendo mi vida de a pedazos, como pude. En este devenir de acontecimientos me acompañaron siempre dos hermanas, una mayor y otra más pequeña, y mi madre, que -con altibajos, eso sí- ha mantenido una depresión durante 26 años.
A los 18 años dejé mi pueblo natal para estudiar en Buenos Aires. Desde ese momento también trabajé, y en los sitios más diversos, desde una tienda de ropa y un estudio de abogados hasta en el diario más importante de Argentina. Porque olvidé deciros que soy periodista, aunque no se trate de una denominación que me interese demasiado. Lo cierto es que desde el día que entré en el diario mi vida laboral ha tomado un giro más interesante aunque no deja de ser eso, un tema laboral. Lo que realmente me gusta es escribir.
Me casé siendo muy joven y me divorcié siendo muy joven. Luego tuve otra pareja. Desde hace dos años vivo con Ismael y por primera vez puedo decir que estoy enamorada.
Tengo cáncer y es muy probable que, debido al tratamiento, ya no pueda tener hijos. Esta es una de mis asignaturas pendientes.
Mónica Marenda
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