Hoy vengo a ofrecerles un artículo imprescindible, que jamás debe faltar en la cartera de la dama ni en el bolsillo del caballero. A decir verdad, son dos artículos al precio de uno; una oferta ineludible ya que a la hora de escribir, si éstos están ausentes, nuestro texto puede confundirse con el dialecto utilizado por Tarzán en la mítica serie estadounidense. Y el servicio continúa: no sólo les presento ambos artículos sino que les procuro algunas reglas para usarlos como corresponde. En fin, no se pueden perder esta ganga.
El tema, como siempre, surgió por alguna experiencia personal. La semana pasada, en el evento de Buenos Aires Fashion Week (BAF WEEK), me encontré varias veces dudando si había que referirse a ella/a él como "la BAF WEEK" (en referencia a la ‘ciudad’, a la ‘semana’, a la ‘movida fashion’) o como "el BAF WEEK" (en referencia a ‘el evento’). Al final, la opción elegida fue nombrar BAF WEEK a secas, sin el maldito artículo.
Cuando estamos hablando de un sustantivo femenino, el artículo debe combinar con él en el género y en el número. La duda surge cuando hablamos de un sustantivo femenino que empieza con ‘a’. Por ejemplo: azúcar. Si nos referimos al sustantivo solo, se dice ‘el azúcar’ pero si al sustantivo se antepone un adjetivo, el artículo debe ser femenino siempre: ‘la mejor azúcar’, ‘la afilada hacha’, ‘la dominante águila’.
Según la Real Academia Española, también hay algunas excepciones que no se ajustan a la regla, por ejemplo cuando la palabra está precedida por el artículo indefinido «una». Por lo general, la Academia sugiere que se debe tomar la forma masculina «un» (un águila, un hacha) aunque no sanciona la utilización del femenino. Con otros indefinidos como «alguna» o «ninguna» ocurre lo mismo que con «una». La RAE establece que se deben adoptar las formas apocopadas (algún, ningún) pero también aclara que el uso de las variantes no apocopadas parece ser más frecuente en la lengua culta: «alguna ave, ninguna alma».
Una perlita o perlón:
Para Manuel Alcalá, secretario perpetuo de la Academia Mexicana de Letras, el origen de los artículos singulares masculinos y femeninos tiene sus raíces en la Edad Media. Según el académico, el determinante el, utilizado con sustantivos femeninos que empiezan con a, es «la primera parte del artículo femenino ela», propio del medioevo. Pero, en la generalidad de los casos, se usa la para el femenino, que es la segunda mitad del viejo artículo ela que llegó desde tiempos remotos al español moderno.
MoMa
El tema, como siempre, surgió por alguna experiencia personal. La semana pasada, en el evento de Buenos Aires Fashion Week (BAF WEEK), me encontré varias veces dudando si había que referirse a ella/a él como "la BAF WEEK" (en referencia a la ‘ciudad’, a la ‘semana’, a la ‘movida fashion’) o como "el BAF WEEK" (en referencia a ‘el evento’). Al final, la opción elegida fue nombrar BAF WEEK a secas, sin el maldito artículo.
Cuando estamos hablando de un sustantivo femenino, el artículo debe combinar con él en el género y en el número. La duda surge cuando hablamos de un sustantivo femenino que empieza con ‘a’. Por ejemplo: azúcar. Si nos referimos al sustantivo solo, se dice ‘el azúcar’ pero si al sustantivo se antepone un adjetivo, el artículo debe ser femenino siempre: ‘la mejor azúcar’, ‘la afilada hacha’, ‘la dominante águila’.
Según la Real Academia Española, también hay algunas excepciones que no se ajustan a la regla, por ejemplo cuando la palabra está precedida por el artículo indefinido «una». Por lo general, la Academia sugiere que se debe tomar la forma masculina «un» (un águila, un hacha) aunque no sanciona la utilización del femenino. Con otros indefinidos como «alguna» o «ninguna» ocurre lo mismo que con «una». La RAE establece que se deben adoptar las formas apocopadas (algún, ningún) pero también aclara que el uso de las variantes no apocopadas parece ser más frecuente en la lengua culta: «alguna ave, ninguna alma».
Una perlita o perlón:
Para Manuel Alcalá, secretario perpetuo de la Academia Mexicana de Letras, el origen de los artículos singulares masculinos y femeninos tiene sus raíces en la Edad Media. Según el académico, el determinante el, utilizado con sustantivos femeninos que empiezan con a, es «la primera parte del artículo femenino ela», propio del medioevo. Pero, en la generalidad de los casos, se usa la para el femenino, que es la segunda mitad del viejo artículo ela que llegó desde tiempos remotos al español moderno.
MoMa
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